No existe una “enfermedad” llamada Fobia Social. Se ha tratado de clasificar y aparece en los manuales de psiquiatría, y en internet abunda información; A lo que se llama fobia social puede ser muchas cosas dependiendo del caso.
En mi experiencia suele ser más un síntoma que una enfermedad. Esto quiere decir, que más que un problema, son las consecuencias de ese problema.
Todos tenemos “algo” de Fobia Social. Todos hemos experimentado el sentimiento de timidez en un grupo grande de personas. A veces cuando algo nos resulta amenazante sentimos el instinto de protegernos.
Al igual que los animales, tenemos tres formas básicas de defendernos: Ataque, Escape y Parálisis. El animal que ataca suele ser el más fuerte y el que escapa suele ser el más débil. El animal que se paraliza puede ser el más débil o el más fuerte.
En el caso de los humanos es similar, pero sería mentira decir que somos igual que los animales. Tenemos las mismas estrategias que los animales para resolver el problema, pero a veces, dependiendo de la biografía de cada persona, se puede dar que uno ataque cuando es el más débil o que escape cuando es el más fuerte. Cuando hablamos de Fobia Social, nos referimos a la reacción de los humanos de paralizarse.
Hay algunos animales que se paralizan como si fueran estatuas ( como las cabras o las zarigüeyas) y hay otros animales que performan verdaderos shows dramáticos, como si les dieran un verdadero ataque al corazón (en el caso de algunas especies de serpientes y sapos).
Podríamos sentirnos identificados con el grupo de los mamíferos o con el grupo de los reptiles, pero la verdad es que los humanos funcionamos muy diferente a cualquier animal. Normalmente estamos pensando. Tenemos ideas en la cabeza que pueden no tener nada que ver con lo que está pasando y eso puede ser un arma de doble filo. Podemos imaginar cosas que no existen, tanto para bien como para mal.
La reacción de paralizarse frente a un stress social puede ser el resultado de un pensamiento. Puede pasar que una persona que no está siendo atacada se sienta profundamente amenazada. Puede que alguien se sienta tan nervioso que no se dé cuenta que le está resultando atractivo a otra persona.
Frecuentemente esto tiene que ver con juicios poco realistas que hacemos de nosotros mismos. Puede resultar sorprendente para algunas personas darse el espacio de “confesar” esas teorías, para ver qué se esconde detrás.