Se denomina trastornos psicosomáticos al padecimiento físico, producto de un conflicto psicológico inconsciente. La división se realiza en tres grandes grupos:
Los Trastornos Psicosomáticos Secundarios: Son consecuencias de otros trastornos psicológicos, por ejemplo la depresión, ansiedad generalizada o crisis de angustia. Los sintomas somáticos o corporales de este subgrupo suelen ser insomnio, pérdida de apetito o deseo sexual, cansancio, desmayos etc.
Trastornos Psicosomáticos Somatoformes: Son síntomas físicos asociados directamente a problemas o conflictos psicológicos inconscientes.
El primero de este grupo es el Trastorno Disfórmico. Se refiere por la preocupación persistente por defectos estéticos del cuerpo. Estos defectos pueden ser imaginarios o reales, pero el sufrimiento es psicológico. Estos defectos ocupan un lugar mental en la vida de quien las padece que llegan a constituirse como verdaderas obsesiones. Algunos ejemplos o quejas usuales son el tamaño o forma de la nariz, el peso, el tamaño de los pechos u otra parte del cuerpo que representa un lugar importante.
El segundo de este grupo es el trastorno de Conversión. Se caracteriza por la transformación de conflictos psicológicos en problemas motores o sensoriales. Estos pueden ser dolores de cabeza, parálisis faciales, amnesias, o problemas alimenticios.
El tercero es la Hipocondría. Ésta se refiere a la preocupación obsesiva por padecer enfermedades graves o incurables. Esta sensación es imaginaria, y se interpreta como una desconexión del individuo de su entorno, y una excesiva atención al cuerpo, de esta manera se desentiende de problemas más reales, y es el cuerpo el que los comunica de manera simbólica.
El último trastorno de este bloque es el Dolor Somatoforme. Este es un dolor ideopático, esto quiere decir que la causa del dolor es un sufrimiento psicológico. Las personas que padecen este cuadro no presentan otros síntomas que no sea el simple dolor. Se experimenta como un dolor crónico.
Trastornos Psicosomáticos Facticios: Se denominan así, todos aquellos que son causados exclusivamente por la acción humana, con intención o no de producir un daño o lesión. La personalidad de las personas que tienen este trastorno suele ser destructiva y masoquista. Los síntomas más comunes son la fiebre, amnesia, dermatitis y tratornos endocrinos. Son personas que dado sus conflictos inconscientes tienden a autoagredirse de diversas maneras, muchas veces perpetuando y complicando el sufrimiento.